Translate to english

agosto 01, 2020

VII

Los muchachos se rieron, pero afi rmaban que Roque “levantaba” como ninguno de ellos. Yo lo veía normal, incluso medio aindiado, pero quizás fuera eso lo que atraía. La reunión marchaba bien, incluso mandé a buscar varias cervezas para amenizarla, lo que no tenía bien claro, era qué les podía ofrecer. –Les cuento algo, hace un tiempo quise armar una sociedad con unos muchachos, la idea era la misma que ahora, pero falló en una sola cosa. Los pibes eran un poco “caretas”, tenían “huevos”, pero cada tanto les agarraba el “cagazo”. Hicimos algunos laburos que salieron bien, pero los “pelotudos” se querían hacer ricos en tres meses. Esto es una cuestión de tiempo, ustedes van a seguir “empujando” por la calle, por ahora. Pero tranquilos, jamás tienen que lastimar a los “panchos”. Eso sí, si se cruzan con algún “colega” me lo cagan bien a trompadas, o me avisan y voy yo y lo reviento. Vamos a dejar un par de horas del día libres, nadie puede afanar entre la una y las tres de la tarde. No es joda, esas dos horas nos van a abrir muchas puertas. Vamos a aceptar nuevos integrantes, pero los van a traer ustedes, y cada uno va a responder por ellos. Si les sacan la mitad de lo que hagan, yo quiero la mitad de la mitad. Le aviso que la guita recaudada no es para darme lujos, es para fi nanciar los proyectos que tengo en la cabeza. ¿Van entendiendo? Los muchachos asistieron, por sus caras supe que tenían muchas dudas pero no sabían cuales eran. –Mi contacto va a ser Julián, a él le van a entregar todo y él se va a reunir conmigo todas las tardecitas. –¿Y qué nos cambia a nosotros? –Muchísimo, Guillermo, cualquier problema que tengan (hasta con la cana), se va a resolver de la mejor manera. Si hay que hacer un aguante, vamos a ir los siete; y lo mejor de todo, es que en un año, si tenés ganas, vas a dejar la calle para dedicarte a otra cosa. –¿Qué otra cosa voy a hacer? –Mandar, manejar gente, vivir afuera de la villa, no hay techo. –¡Está bueno! Pero la mitad es mucho para darte. –Mirá, Guillermo, y esto va para todos. Yo sé que nunca me van a dar la mitad, así que no me lloren por ese lado, cuando tengan su gente tienen que saberlo, hasta el mejor amigo, si hay guita de por medio, los va a querer cagar. –¡La tenés clara! –Yo conozco un poco de todo, pero sobre todo, me doy cuenta cuando me están cagando. Los domingos no se labura, es para juntarse con amigos, echarse unos buenos polvos, jugar al “fulbo” Pero no para laburar. –Pero es el mejor día, las plazas, el shopping. –El que quiera laburar el domingo, que labure, pero por afuera del grupo. Nada de lo que pase el domingo me importa, ni voy a mover un dedo por nadie ese día. Seguimos un rato conversando, ya era de noche, en un plano de la ciudad, organizamos las zonas de cada uno, iban a ser rotativas, nunca debían repetir en la semana. Mentiría si dijera que los convencí, Julián, quizás por su lugar de privilegio, era el más entusiasmado, el resto estaba probando. Pero tenían dudas y eso era bueno. Al menos no descartaban la posibilidad de que yo fuera quien decía ser. Podía ser un “mentiroso”, sin embargo ese sábado, me dieron la oportunidad de demostrarles lo contrario. El domingo fue de asado y familia. Una vez más todo se fue retrasando y almorzamos a las cuatro, al menos la carne estaba rica. Después del postre, quedamos solos con mi suegro, lo notaba intranquilo, pero no quise ayudarlo a decirme lo qué quería. –¿Cómo va el trabajo, Joaquín? –Una bosta, pero mucho mejor que hace una semana. –¿Qué pasó? –Me tiraron unos “extras”, y son unos buenos mangos. –Me alegro por ustedes. ¿En qué andás, fuera del trabajo, digo? Me reí, y le molestó. Sin duda, alguno de sus amigos del barrio le había comentado algo sobre mis compañías. –¿Qué te han contado, suegro? –Me dijeron que te vieron un par de veces con gente medio jodida. También que le pegaste a un chorro. –¡Mirá cómo corren las noticias! Lo de la paliza al chorro es cierto. Lo de la gente jodida, no es tan así. Estoy haciendo un trabajo periodístico con los muchachos de la villa. –¿Periodístico? ¿Desde cuándo? –Desde hace tiempo. Es un proyecto que puede salir bueno. Cagar a trompadas al chorro, y dejarlo escapar, me acercó a varios y estoy haciendo reportajes. ¡Hasta pude entrar a la villa! –Tené cuidado, nunca se sabe con quién uno se mete. –Ni quienes son amigos, con quién te casás en realidad, ¿a quién creerle? Nada sabemos con certeza, suegro. Eso es lo interesante de la vida. –No me parece bueno para vos correr riesgos al pedo. –No te preocupes, ando bien y contento. Quién te dice que en breve tengas un nieto para malcriar. –No me ilusiones al pedo. –Si todo sale como pienso, quizás sea cierto. La charla se cortó con la llegada de mi mujer y su madre, al rato me fui a dormir la siesta. Esperaba el miedo, sabía que podía asirme en cualquier momento. Me asustaba la posibilidad de asustarme, pero no pasaba, mi cabeza era un mar sereno donde reposaban algunas ideas sobre el futuro, aunque sin orden ni apuro. Incluso dormí bien y me desperté mejor aún.

No hay comentarios: